jueves, 9 de octubre de 2014

La matanza de Guerrero

México sale a la calle para protestar por la matanza de Guerrero

Con nutridas manifestaciones, paros, tomas simbólicas de centros educativos y bloqueos de carreteras y autopistas, centenares de miles de mexicanos han expresado este miércoles (madrugada del jueves en España) su repudio a una situación que permitió que los policías municipales de Iguala y los sicarios del grupo Guerreros Unidos secuestraran y mataran 12 días atrás a casi medio centenar de estudiantes de magisterio. Pese a la aparición de 28 cuerpos calcinados en seis fosas, el grito más coreado ha sido: "¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!". Y la mayor demanda: "¡Justicia!".
En la capital, familiares de los desaparecidos y reconocidos activistas han encabezado la manifestación que, convocada por 131 organizaciones civiles, ha salido del Ángel de la Independencia y ha culminado en la plaza de la Constitución, conocida como Zócalo. "Pedimos educación y recibimos balas", han denunciado los estudiantes. "Como padres de familia, tenemos un dolor inmenso, pero tenemos confianza en que nuestros familiares siguen vivos", ha dicho el padre de uno de los desaparecidos.
En el Zócalo, el político de izquierda Cuauhtémoc Cárdenas, 'líder moral' del partido en el que militan los políticos acusados de la matanza, ha sido expulsado con una lluvia de botellas y una pedrada.

"CRIMEN DE ESTADO"
El actor Daniel Giménez Cacho y el cantante Rubén Albarrán, del grupo Café Tacuba, han leído un manifiesto que considera los hechos de Iguala como el "episodio más reciente de una sistemática violación a los derechos humanos". El manifiesto de las organizaciones civiles exige al Gobierno la "presentación con vida" de los jóvenes, la "investigación de los más de 20 cuerpos hallados en fosas clandestinas" y el "enjuiciamiento y castigo de todos los autores materiales e intelectuales". "No aceptaremos que fue obra del crimen organizado, cuando a todas luces se trató de un crimen de Estado", dice el manifiesto.
"Ayotzinapa nos duele, como nos duele todo México". Y si no todo, buena parte de México se ha movilizado para demandar "justicia verdadera", como los zapatistas de Chiapas, que llevaban casi dos años sin aparecer y esta pasada noche han protagonizado en San Cristóbal de las Casas una impresionante "marcha silenciosa en señal de dolor y coraje".

CONTRA EL GOBERNADOR Y EL ALCALDE
La primera de las manifestaciones comenzó a mediodía en Chilpancingo, capital del estado de Guerrero. En ella participó la mitad del medio millar de alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, los llamados 'normalistas', que aún reclaman la aparición con vida de 43 compañeros. La otra mitad del alumnado y los padres de los jóvenes desaparecidos viajaron para participar en la gran manifestación de la capital del país. Unas 20.000 personas cortaron durante horas la autopista del Sol, que baja de la ciudad de México a Acapulco, para después volver a manifestarse por Chilpancingo.
Con gritos y pancartas, los guerrerenses han denunciado, tanto en esa capital como en la federal, que su estado está "partido por narcos y políticos". Han coreado "¡Son parientes, son parientes!" y han agitado una pancarta que rezaba 'Ángel Aguirre asesino'. El gobernador de Guerrero centra las iras populares a medida que han ido surgiendo testimonios de que "su primo es el capo del Cártel Independiente de Acapulco", que domina esa zona costera.
Los manifestantes han gritado con más fuerza "¡Asesino!" contra el prófugo alcalde de Iguala, José Luis Abarca, denunciado desde hace meses por varios asesinatos --aunque "sin pruebas", según el Gobierno-- y porque los hermanos de su mujer dirigen el grupo Guerreros Unidos, que impera en la zona de la sierra. La razón última de la matanza pudo ser simplemente que los 'normalistas' molestaron a la señora. Ahora, el exalcalde está acusado de la muerte de seis personas y la desaparición de 43 estudiantes durante los hechos violentos protagonizados por sus policías municipales el 26 y 27 de septiembre.
MARCHAS EN TODO EL PAÍS

En Oaxaca, donde los maestros se mantienen en pie de lucha gremial, unos 70.000 docentes han suspendido las clases y se han manifestado por el centro y la periferia de la capital de ese estado, donde han bloqueado autopistas, carreteras y los accesos al aeropuerto incluso con campamentos que no levantaron hasta horas después. Los paros y marchas han sido también importantes en Puebla y Morelos, con estudiantes rebosando las calles, así como en Veracruz, con la toma pacífica de la facultad de Humanidades, y Michoacán, donde ha quedado cerrada la autopista Siglo21.
Por primera vez en muchos años, las manifestaciones se han extendido por todo el país, de Sonora a Quintana Roo, de Tamaulipas a Chiapas. En la mayoría de capitales estatales, las aquí llamadas 'marchas' han convergido frente a los palacios de Gobierno, donde los gritos han sido más fuertes y los improperios más agrios. La convocatoria de esta 'marcha nacional por los normalistas de Ayotzinapa' ha tenido eco en las ciudades de al menos una docena de países, que se han sumado a la protesta.

Guerrero, la matanza narrada por un sobreviviente
En entrevista para Global Post, un estudiante mexicano de 19 años de la universidad rural para maestros en Tixtla y participante de los trágicos sucesos en Iguala, que tuvieron lugar el 26 de septiembre y se saldaron con seis muertos, 17 heridos y 43 estudiantes desaparecidos, cuenta su historia.
Por temor a represalias, el estudiante no da su nombre y cuenta lo siguiente: El 26 de septiembre sobre las seis de la tarde junto con otros 120 estudiantes salimos de la universidad para dirigirnos a Iguala, que está a una hora en coche. Una vez allí, fuimos a la estación de autobuses y tomamos tres camiones que queríamos utilizar para el transporte a las escuelas y poder asistir a la marcha en la ciudad de México el 2 de octubre para conmemorar la masacre estudiantil de 1968.
Alrededor de las 9 de la mañana, el camino fue bloqueado por una patrulla, algunos estudiantes salieron corriendo del autobús para intentar hacer que la policía se moviera pero los policías comenzaron a disparar cuando pensábamos que solo nos iban a arrestar.
"El tiroteo duró mucho tiempo, llegaban más policías y nos disparaban. Me tumbé en la parte de atrás del autobús. Algunos respondían tirando piedras. ¿Pero de qué sirven piedras contra pistolas? Ninguno de nosotros estaba armado".
Uno de los estudiantes fue matado a tiros, otros estaban heridos, el tiroteo paró y llegaron ambulancias para llevarse a los heridos, también llegaron unos periodistas locales y los estudiantes empezaron a contarles lo sucedido.
Al poco tiempo llegaron más policías, acompañados de hombres vestidos de civil, que ahora se han identificado como miembros del grupo 'Guerreros Unidos'. Dos estudiantes más fueron abatidos y varios otros resultaron heridos.
Durante el tiroteo, los policías agarraban a los estudiantes y los metían en las patrullas mientras los golpeaban, la gente tenía tanto miedo de que les dispararan que se rendían. Pensábamos que solo los iban a arrestar.
Los disparos llegaban de todas las direcciones y la policía con los hombres armados bloqueaban las salidas. Otro estudiante y yo conseguimos encontrar la salida a través de un callejón, salimos corriendo a otra calle y allí había un hombre al lado de su casa. Al principio se mostró desconfiado, pero le explicamos que solo éramos estudiantes y nos dejó entrar, nos quedamos allí hasta la mañana. “Este hombre nos salvó".
Cuando nos volvimos a reunir en Tixtla, supimos que 43 de nuestros compañeros habían desaparecido.
Esta es la crónica de un sobreviviente de la masacre realizada por la policía junto a un grupo de civiles. El gobierno federal está tratando de indagar y resolver este conflicto pero ya no hay marcha atrás, se sabe perfectamente quiénes llevaron a cabo los asesinatos, se sabe quién dio la orden, pero las familias claman justicia y ahí está el verdadero conflicto hoy.
Para Ángel Aguirre, gobernador de Guerrero, este será su 68 y para el gobierno federal, darle a las familias de los desaparecidos una respuesta, será tan inconvincente y desgastante para todos, como los hechos de la guardería ABC de Hermosillo Sonora.


Ana Cristina Fortes Barranquero 

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